Serie "Filósofos españoles del Siglo XX. I José Ortega y Gasset


José Ortega y Gasset


por Ana Alejandre


José Ortega y Gasset nació en Madrid el 9 de mayo de 1883. Hijo del director del periódico El Imparcial, José Ortega y Murilla, cuya publicación era propiedad de la familia materna, Dolores Gasset, hija de familia liberal e ilustrada de las postrimerías del siglo XX.

Cursó sus primeros estudios en el colegio de don José del Río y Labandera y posteriormente, estudió el bachillerato en el colegio de Miraflores de El Palo, de la provincia de Málaga, regido por los jesuitas.

Siempre atraído por las humanidades, comenzó los estudios universitarios en la Universidad de Deusto, y pasó, posteriormente a matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras de la entonces llamada Universidad Central de Madrid. Allí se doctoró en Filosofía y Letras, en 1904, con su tesis doctoral titulada Los terrores del año mil. Crítica de una leyenda.

Viajó hasta Alemania para continuar sus estudios en las prestigiosas universidades de Leipzig, Berlín y Marburgo, en las que conoció a los filósofos neokantianos H. Cohen y P. Natorp, asistiendo a sus cursos en 1906. Ambos pensadores fueron muy influyentes en el pensamiento de Ortega, aunque éste no aceptara totalmente los principios neokantianos, sino que tuvo siempre frente a ellos una actitud crítica y positiva hacia dichos postulados.

Regresó a Madrid en 1908, ciudad en la comenzó a impartir clases como profesor numerario de las asignaturas de Psicología, Lógica y Ética en la Escuela Superior del Magisterio de Madrid.

Posteriormente, en 1910, obtuvo por oposición la Cátedra de Metafísica de la Universidad Central. En ese mismo año contrajo matrimonio con Rosa Spottorno, del que nacieron dos hijos: Soledad y José Ortega Spottorno.

Fue al año siguiente cuando comenzó una actividad incesante para plasmar en la realidad sus ideas regeneracionistas y, por ello, en 1914 fundó la Liga de Educación Política Española y, en 1915, fundó la revista España y un año más tarde, el periódico El Sol, con la colaboración de Nicolás María de Urgoiti. En esta última publicación vieron la luz sus dos obras consideradas las más importantes: España invertebrada y La Rebelión de las masas, en entregas periódicas a modo de fascículos. También, en estos años publicó sus primeras obras como son los títulos Meditaciones del Quijote y también comenzó a escribir la obra que alcanzaría ocho volúmenes con el titulo de El espectador.

En 1920 fundó la Editorial Calpe, en unión de su ya antiguo colaborador en el diario El Sol, Nicolás María de Urgoiti. En la editorial recién fundada dirigió la colección Biblioteca de Ideas del siglo XX.

Cuando se instauró en España la dictadura de Primo de Rivera, Ortega se opuso frontalmente a dicho régimen político, lo que le obligó a tener que dimitir de su cátedra en la Universidad de Madrid, aunque siguió con su incansable actividad intelectual, dando innumerables conferencias en centros culturales diversos, incluyendo teatros y cines.

En este año de 1923, Ortega fundó la que sería la revista de pensamiento más influyente de España en el siglo XX, como es la Revista de Occidente, en la que ostentó el cargo de director hasta 1936. A través de su dirección en esta publicación, promovió, fomentó y publicó la traducción comentada de las obras de los más importantes pensadores, tanto en el campo de la filosofía como de la ciencia, y que enumerando a unos pocos se pueden citar a Bertrand Russell, Edmund Husserl, Johan Huizinga, Alexander Pfänder, Heinz Heimsoeth, Franz Brentano, Erns Müller, y otros muchos destacados intelectuales.

Hasta 1930 no regresó a la cátedra de la Complutense, y fue entonces cuando publicó su obra La rebelión de las masas. Su talante republicano y el apoyo a esta forma de gobierno, se puso de manifiesto en 1931 cuando fundó la Agrupación al Servicio de la República junto a eminentes intelectuales como Pérez de Ayala y Gregorio Marañón. Además, fue elegido diputado en las Cortes Constituyentes cuando se proclamó la II República por la provincia de León.

Después de su actividad parlamentaria volvió a la vida académica, hasta que en 1936, cuando se inició la guerra civil, Ortega manifestó su repulsa a la sublevación militar, firmando un escrito junto a otros intelectuales que se publicó en el diario ABC y donde manifestaban todos que estaban a favor “del Gobierno de la República del pueblo”, lo que provocó su exilio a París y, más tarde, a Holanda y Argentina, hasta que fijó su residencia en Lisboa en 1942.

Su regreso a España se produjo al finalizar la II Guerra Mundial, en 1945, y aunque pudo retomar cierta actividad intelectual en España, por ejemplo, dando una serie de conferencias en el Ateneo de Madrid, no pudo recuperar su cátedra de Metafísica, por lo que fundó, en 1948, el Instituto de Humanidades, esta vez con la colaboración del filósofo Julián Marías.

Recibió las distinciones académicas de ser nombrado Doctor Honoris Causa por las universidades de Marburgo y Glasgow, en 1951.

Pocos años después, en 1955, a consecuencia de un cáncer gástrico, murió en Madrid el 18 de octubre de dicho año, dejando tras de si la estela de intelectual comprometido que ha influido profundamente en muchos pensadores de las décadas siguientes, a los que les conocería como miembros de la llamada La Escuela de Madrid, y cuya vigencia ha llegado hasta nuestros días, por su continua preocupación y actividad para que la filosofía española alcanzara las más altas cotas y pudieran estar en consonancia con la época actual y los derroteros que marca la filosofía de nuestro tiempo.

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