SERIE FILÓSOFOS ESPAÑOLES DEL SIGLO XX : PEDRO LAÍN ENTRALGO

 


Pedro Laín Entralgo

Ana Alejandre

Ensayista, historiador, filósofo y médico español, nacido en Urrea de Jaén, (Teruel), el 15 de febrero de 1908. En su obra predominan especialmente los textos de antropología médica y de historia.

Es considerado el iniciador y el máximo tratadista de la historia de la medicina en España. Cursó estudios de Medicina en la Universidad de Valencia, y obtuvo en dicha universidad una plaza de colegial-becario en el entonces Colegio del Beato Juan de Ribera de Burjassot, hoy llamado Colegio Mayor San Juan de Ribera. Su especialidad de psiquiatría la cursó en las universidades de Zaragoza, Valencia y Madrid. Obtuvo, además, la licenciatura en Ciencias Químicas.

Fue militante falangista y al término de la Guerra Civil fundó junto a Dionisio Ridruejo la revista Escorial que representa el espíritu más liberal dentro del seno de la Falange, con lo que se intentaba recuperar todo aquello que pudiera serlo del mundo intelectual anterior a la Guerra Civil y poder así recobrar el debate intelectual en la España de la posguerra.


Mantuvo una estrecha amistad con Gerardo Salvador Merino y la misma fructificó en la obra Los valores del Nacionalsindicalismo, que tiene como base la conferencia pronunciada en el año 1941 en el Congreso Sindical.


Fue, asimismo, director de la Editora Nacional y, en 1941, publicó su primera obra de ensayos Medicina e historia y poco después obtuvo la cátedra de Historia de la Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, de la que ocupó también el cargo de rector, aunque dimitió de dicho cargo después de los sucesos de 1956.


Impartió numerosas conferencias y colaboró en diarios y revistas. Autor prolífico, su obra ofrece distintas y variadas vertientes. Trató de su especialidad como era la medicina en obras como son La antropología en la obra de fray Luís de Granada (1946), Introducción al estudio de la patología psicosomática (1950) y La relación médico-enfermo, historia y teoría (1964), obra en la que se advierte la fuerte influencia que le supuso la figura y obra del doctor y filósofo Gregorio Marañón, tanto en su metodología intelectual como en la propia formación de su credo moral. En todas estas obras reflexiona en tonos filosóficos sobre los fines y medios de la medicina. Dentro de este tipo de ensayos relacionados con la Medicina están incluidos los siete volúmenes de la Historia universal de la medicina (1969-1975), obra colectiva que fue publicada bajo la dirección de Laín Entralgo.

Además de los temas puramente médicos, también publico temas históricos y filosóficos. Su obra España como problema (1949), tuvo un gran éxito, que se oponía a las teorías de Rafael Calvo Serer, máximo representante del integrismo católico, ofrecidas en la obra de este último autor titulada España sin problema, incardinadas ambas dentro del llamado debate sobre el Ser de España.

Además, se ocupa del análisis histórica de la cultura española, intentando comprender sus claves, especialmente en los años en los que se aparta del ideario falangista. De esta etapa son los ensayos Menéndez Pelayo, historia de los problemas intelectuales (1944), La Generación del 98 (1945) y la ya citada España como problema (1957).


Publicó, en los últimos años de vida, varios libros sobre antropología filosófica, en los que analiza con profundidad y rigor la verdadera y profunda naturaleza del ser humano. De esta inquietud surgen los títulos: El cuerpo humano. Teoría actualCuerpo y alma. Estructura dinámica del cuerpo humanoAlma, cuerpo, persona y ¿Qué es el hombre?

Otra faceta de este prolífico pensador es la de haber ejercido la crítica teatral en la revista Gaceta Ilustrada, por lo que escribió obras de teatro, en una búsqueda constante de cauces de expresión.

En toda su obra se nota la profunda influencia que tuvieron sobre este pensador tanto Ortega y Gasset como Zubiri.

Fue miembro de la Real Academia Española desde 1953, de la que fue director (institución que dirigió desde 1982 hasta 1987), de la Real Academia Nacional de Medicina y de la Real Academia de la Historia.

En 1991 recibió el V Premio Internacional Menéndez Pelayo.

Falleció en Madrid, el Madrid, 5 de junio de 2001.

Comentarios sobre su obra

La aportación más importante de este pensador ha sido la creación de una antropología filosófica que tiene como elementos principales la biología, la fisiología y la neurología, lo que Laín llama la “antropología de la esperanza”, en un intento de análisis de los mecanismos en los que se basa el “esperar” humano.

Tuvo en cuenta siempre la realidad y los supuestos metafísicos y fisiológicos del “otro”, lo que está siempre presenta en la formación de todo “encuentro” del “yo” con ese “otro”, cuestión ésta que es de importancia fundamental en toda vida humana.

En otros estudios de este pensador se encuentra lo que él mismo denomina la “metafísica intramundana”, que define el problema de la realidad y el de la persona.

En la década de los 40 se advierte en su obra una cierta y moderada modernización que se pone de manifiesto en sus libros Sobre la cultura española (1943); Las generaciones en la historia (1945); España como problema (1949).

En años posteriores, se  pone de manifiesto su inclinación por los temas antropológicos y entre las obras de esta etapa se pueden citar los títulos La espera y la esperanza (1957), Teoría y realidad del otro (1961) y Antropología médica (1984). En Descargo de conciencia (1976). También escribió una obra autobiográficas, escrita en la etapa de transición de la dictadura a la democracia, en la que describe su proceso de evolución intelectual y político “desde la desgarradora experiencia de la Guerra Civil”, además de afirmar su compromiso individual y de grupo en algunas propuestas de modernización del país que fracasaron y en la propia evolución de su pensamiento en el transcurso de los años..

Sus creencias cristianas aparecen evidentes en sus estudios y ensayos antropológicos. Las mismas son resumidas por Laín Entralgo en los puntos siguientes: Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, la trascendencia del hombre porque pervive tras la muerte terrenal y, mientras el ser humano vive se puede comunicar con Dios.

Por su formación científica, insiste en la enorme importancia de los últimos descubrimientos científicos tanto en el campo de la evolución como en el de la neurología, entre otras parcelas de la ciencia. Por ello, hace una crítica del concepto del alma a lo largo de la historia, partiendo desde Platón hasta el momento actual. La influencia recibida de Zubiri, especialmente en lo concerniente a la exposición de los diversos niveles estructurales que ha creado el universo en su propia naturaleza dinámica, se ofrece en la obra de Laín Entralgo Estructura dinámica de la realidad.


A pesar de su vasta y excelente formación intelectual, no deja de reconocer las limitaciones del conocimiento humano. Por ello, afirma sin ambages que las cuestiones sobre las que se puede tener un cierto conocimiento sólo pueden ser aquellas que son consideradas penúltimas, pero nunca se podrá llegar a conocer la naturaleza de las cuestiones últimas, sobre las que sólo se podrá alcanzar un conocimiento parcial, siempre incierto y sólo probable.



 

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